Escatón
-Ahí, ahí lo tenés.
-¿Dónde?
-En la esquina, parado un paso atrás y al costado de la mujer del bolso ¿lo ves?
-Sí, claro: manotazo y sale corriendo, obvio.
-Vos apuntale al medio de la espalda, no arriesgues. Si errás yo le corto el paso.
-Pero ¿valdrá la pena? Por ahí son pocos puntos y está el riesgo de todos los inocentes alrededor.
-¿Y quién te dijo que son inocentes?
La hermanita lo mira con extrañeza o alarma, no sé por cuál emoción inclinarme.
-Es joda Catita. Es solo un juego de video más que estamos probando. Y no te olvides que es la fase beta. Por ahí el resultado final... ey ey dale, tirale tirale que se escapa.
-Pero ¡hay mucha gente!
Entonces Tomi hace un tiro arriesgado y consigue hacerlo estallar en mil pedazos. La gente en la esquina queda bañada en sangre y restos de carne mezclada con tela hecha jirones, pero todos se vuelven hacia la pantalla levantando sus pulgares izquierdos mientras que con su derecha sostienen paletas de puntuación. Debajo el contador muestra un promedio de 1755 puntos, lo que hace que el tanteador de los chicos supere los 15 mil.
Ellos chocan las manos al estilo yanqui mientras gritan High Five.
Los gráficos del juego están muy bien desarrollados. Según leí, esta vez el diseñador y su equipo decidieron primero crear el ambiente y luego poner a los personajes en el entorno, con rutinas aleatorias, libres.
Algoritmo y data.
-Tendríamos que abandonar el puesto y patrullar un rato, ¿no te parece?
-¿Y tirar desde un mismo plano, entre la gente?
-Cata: jugar con vos es como tomarle el pulso a un cascote.
-Yo soy la prudencia y vos la fuerza bruta.
Me río, esa estuvo buena.
-Se, ¿y quién aporta los puntos grosos?
-No sé. Habría que decirle a papá que diseñe contadores individuales.
Hmm...
-Es que me parece que la idea de esto es el resultado global, empírico, y no el logro de un individuo.
-Conmovedor.
El gesto de Cata vuelve a ser múltiple: irónico, sarcástico, ¿moral?
Ahora los hermanos, de quienes solo puedo ver en la gráfica los cañones de sus herramientas, el una vieja AK-47, ella una muy femenina Micro Uzzi israelita de 1250 tiros por minuto (mi dios...) pero que Cata utiliza en función uno a uno, bajan a los saltos por una escalera desierta hasta que salen a un callejón abandonado por lo que estimo que es una puerta de servicio. A ambos extremos del corredor la vida fluye por el eje X, pero parece tridimensional. Un gato salta dentro del contenedor de basura. Tomi apunta hacia ahí y el avatar de su hermana lo apunta a él. Entonces se escucha un beep de advertencia y la imagen se congela. Es obvio que la agresión entre participantes no está permitida.
Una pena, me parece una alternativa interesante.
Luego de algún segundo de incertidumbre la moción regresa pero el entorno ha cambiado y ahora es el de un shopping mall, y ellos están entrando por la puerta principal ante el saludo casi militar de aquellos de seguridad a los flancos. El contador permanece en 15 mil, no han sido castigados. Cata se siente atraída por el realismo HD de los escaparates; Tomi parece estar buscando algún delito para expurgar.
-Allá, en aquel local. Esa mujer no es gorda. Lleva ropa robada a la cintura.
-¿Y eso es motivo para que le dispares?
-Cata: esto es un juego. Se supone que se trata de ir ganando puntos mientras uno elimina a los que están cometiendo algún delito ¿no es así?
-...
-O son un incordio para la sociedad.
-...
El avatar de Tomi se dirige corriendo hacia el local de ropa mientras los visitantes sin gesto le abren camino, la mujer pone cara de horrorizada y se da a la fuga; luego Tomi se agacha -imagino que rodilla en tierra- y toma un disparo limpio y sin riesgos que borra hasta el último voxel de lo antes fuera la cabeza de ella.
Cata lo mira cruzada de brazos, pero con un gesto le hace notar que los 1500 puntos se han vuelto 1450. Igual se muestra indignada o molesta o en simple desacuerdo. El mall regresa a su actividad normal. Tomi dice Este juego es una mierda.
-Al menos no nos presiona el muy temido Game Over.
Tomi dice
-Está bien, es un juego, ¿eh? Te propongo que borremos de la gráfica a cada uno que nos provoque rechazo, que nos resulte una molestia o que haga algo que no nos guste. Y le regalamos un nombre al viejo: Déspota por un día. Y sin juicio ni condena. ¿Te va? Dale, como un dios que no jode a nadie que sufra de verdad...
Cata lo mira por sobre sus lentes, pone cara de ahora vas a ver y en menos de un minuto se ha cargado a la mayoría de los que caminaban detrás de sus teléfonos sin ver más allá, a una madre que gritaba a su hijo, a un baboso que miraba con lubricidad e impertinencia a la empleada de un negocio (que ya no sabía cómo salir de su campo); y su Uzzi ya no está en tiro sino que ha pasado a repetición, solo que ella no deja que sean más de tres disparos y jamás hace un barrido. Así, espoleado, Tomi se carga a un mimo, le vuela la cabeza a uno que maneja hablando por celular, mata a varias mascotas feroces y mal contenidas para, finalmente y tal vez de manera inexplicable, desaparecer de la gráfica un cartel publicitario que tiene una gran N roja, perfilada.
El tanteador ha oscilado durante toda la carnicería, para finalmente acomodarse a unos misericordiosos 600 puntos, algo que no parece afectarlos en lo más mínimo porque eso ya no tiene importancia. Ahora los dos se ríen y parecen haber perdido la cordura.
Yo creo que en verdad se relajaron.
Pero, y es ineluctable, como deben, luego van lentamente volviendo en sí y las inevitables y tediosas reflexiones se hacen presentes como nudos en la contractura de la razón.
Recién después de un largo rato de discutir sobre si debían proponer a su padre opciones como ¿ayudo a cruzar al ciego o evito ese robo?, el tedio los ha vuelto dos figuras armadas que recorren una ciudad que no conocen, ahora sin saber qué hacer.
Entonces Cata descubre un botón rojo junto a las opciones de armamento e información de carga, bajas, todo aquello que puede agregar o quitar realismo de la escena, dependiendo de la óptica del jugador.
-Escatón -dice.
Tomi la mira y luego descubre el botón en el ángulo inferior derecho de la pantalla.
-¿Y eso qué carajo significa?
-Es algo bíblico. Si mal no recuerdo es el momento posterior al Apocalipsis. Pero no estoy segura.
-...
-Se supone que es el momento en que Dios va a elegir de entre los salvos quién sigue a su lado.
-Nunca leí la Biblia, de pedo sé que es un libro religioso.
Cata lo mira con otro de sus gestos múltiples:
-Te faltó decir Yo no había nacido.
El tono de voz que utiliza es graciosísimo: grave y mongoloide.
Tomi ni la mira,
-Esa frase ya tiene el copyright de una periodista de la farándula.
Cata suelta la carcajada; Tomi agrega
-Le voy a decir al viejo que esto es una mierda y que no se lo va a vender ni a una monja de clausura.
-Es posible. Tal vez apunte a otra cosa y no a divertir.
Tomi parece reflexionar. Sin embargo en la pantalla aparece la mano de su avatar y pulsa el botón rojo.
La pantalla se apaga de inmediato.
Los hermanos se miran pero no dicen nada.
Cuando Tomi reacciona y está por resetear la consola la imagen regresa, y ahora es la de dos caracteres bien discernibles, un muchacho y una chica sin emoción en sus gestos y sobre un fondo neutro, aclínico. Los avatares son más bien toscos, semejantes a aquellos de los comienzos de South Park, pero más estilizados. Y pasan los segundos y nada ocurre, aunque ya los dos hermanos se han dado cuenta que, de vez en cuando e imperceptiblemente, uno de los caracteres pestañea.
-¿Esto es el Escatón?
-...
Los ojos de los avatares son negros y vacíos, pero parecen disparar con sus miradas y hacia ellos terabytes de esas preguntas para las que ninguno tiene ni tuvo respuestas.
¿Tendrá? Personalmente creo que...
-Nos está diciendo que no hay juicio, que solo nosotros podemos juzgarnos, y que si no somos capaces de darle un telos a nuestras acciones no tiene ningún sentido estar acá. Digo en el juego... jugando. Las puntuaciones son la zanahoria. Yo no sé nada de filosofía Tomi, pero siento, y es lo único que se me ocurre para justificar que papá nos haya dado esto. Tal vez sea su regalo más precioso, su forma de educarnos.
Y... yo casi casi casi que estoy de acuerdo.
Pero no conozco a su padre.
-¿Moralina HOY? ¿En 2025? Que me enseñe a hackear Bitcoins o a usar un salvavidas. O que se vaya a cagar.
-¿Tarde perdida?
-...
(Inspirado por un segmento muy breve del capítulo 3 o 4 de Cutting Edge de Thomas Pynchon)
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