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Sin Rastro (relato muy breve)

 1 Mario, frente a su portátil, repasaba una vez más ese último párrafo escrito. Volvía a quitar una coma; aquí una pausa algo más larga; ritmo, ritmo. Y comenzaba su lectura nuevamente, ahora una cadencia diferente, otra ligadura de expresión. Sentado a su escritorio ––una modesta mesa de aglomerado enchapado, de cara a la pared de la sala y en ele con el piano de Carla; ladrillos a la vista y un vaso con Vodka: toda una mise-en-scène–– no había escuchado que ella ya cerraba la puerta, cruzaba el patio y entraba al comedor, a su izquierda; las puertas abiertas. Un paquete más de palabras desechadas, control + s e hibernación. Se dirigió hacia la cocina y, mientras ella se descargaba, la besó detrás de la oreja. Luego el rito de la merienda: yerba en el mate, la pava al fuego; ella, como siempre, con las masas sobrantes del coffee––break. Se sentaron en silencio y compartieron. Mario pensó en voz alta: ––No es la primera vez que siento que soy yo quien debería estar en tu lugar y, ...

Tercera Ola (para Bertina)

Está hirviendo carcasas de pollo. Debe hacerlo por un tiempo largo, hasta que la carne se desprenda por sí sola de los huesos. Entonces volcará ese caldo en otra olla tan grande como esta y ahí preparará casi dos kilos de arroz que va a mezclar con el pollo trozado. Eso va a ser la comida del día para Iggy Bob, Pepa, Coca y Gogol; Milán, Gala, Maya, Adamaría y Otto; Kika, Kimba, Diana, Conan, Marga, Tica y DiscoStu; Vulga, Piraña, Nina y Rusa; Volga-Volga y Taras Bulba; Juju, Hiena, Montoto, Carmela, Lázaro, Hellen, Perla, Pétalo Negro, Olga, Gloria, Carola, Sol, Chica, Frosty y Jamaica; Celestino, Elvis Pelvis, Antonópulo, Singer, Teresa, Nino y John; Asia, Coyi, Lola, Gromek, Dafne, Adelita y Eva; Luna, Pedro y Adolfo: sus perros y gatos, su familia. Es difícil de imaginar que esa chica que recorrió Latinoamérica de mochilera, haya decidido a mitad de su camino exiliarse en esta quinta para rescatar animales de la calle, pero menos aún que hoy haya aceptado la presencia de otro human...

Trazas

Cierta música solo debería ser escuchada con oído de disco de pasta,  listo a lo muy medioso, rascado, oscilante. PRIMERA PARTE AHORA El mundo no tarda demasiado en derrumbarse, ¿eh? George A. Romero, Night of the Living Dead. Estoy parado frente al mirador de mi piso 32, ubicado en una de las zonas más caras de esta ciudad. Observo con mi catalejo de colección las fogatas, disturbios y reyertas en la calle. Tomo agua del último bidón de mi depósito y escucho música a todo volumen para no prestar atención al ascensor de entrada de mi piso, que martilla con ese gruñido que expande y contrae al metal. Es la cadencia final, beethoveniana, del que tal vez haya sido mi tema preferido de todos los tiempos. Ya hizo la llamada con esa tercera descendente, que reposa de inmediato un semitono más abajo; luego la pregunta que tendrá una respuesta desgarradora en un sostenido Mi bemol menor, para que, finalmente, dos bloques similares desciendan por semitonos hacia un silencio latente; ese nec...